martes, 10 de enero de 2017

Sólo un instante











Te vi sólo un instante.
Paseabas,
y de la mano de una diosa apócrifa te me mostraste,
cabalgando ilusiones por la tarde cálida de un día de sombras.

Sólo un instante,
y eclipsé
fulminantemente mis pasos y frené mi convicción,
detuve mi presente y te dejé bogar en tus sueños de olas.

Un instante sólo
y, encadenada
impenitentemente a un punitivo adiós ,
inmolé mi porvenir sobre el ara gélida de la dura roca.

Y en ese instante
cerré los ojos
y volaste sobre la cometa de mi dolor sangrante
sin deshojar siquiera los mustios tréboles de mi alma rota.

Y enmudeció el aliento,
y murió la melodía,
y el instante se hizo eterno.
                                          MjH
  

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